Sergio Massa quiere meter a 75 mil milicos en la guerra antinarco, porque “están en desuso”. Lo que está en desuso es su cerebro.
Si Milani –sin luchar contra los narcos- se hizo la casita que se hizo en San Isidro, imagínense lo que haría con las coimas del Chapo.
Massa se olvidó de la ley, de la Constitución y de lo que hicieron los milicos con el “botín de guerra”.
¿Massa no lee la sección internacional del diario y no sabe lo que pasó en México con la intervención del Ejército en la lucha antinarco?
¿Massa ignora que en México, desde 2006 hasta ahora, han muerto más de setenta mil personas y hay treinta mil desaparecidos?
Massa ignora, porque es un ignorante, que ahora los políticos no logran parar la sangría y meter a los militares en los cuarteles.
Lo malo de la demagogia filofascista es que termina costando muchas vidas y no resuelve el problema de fondo.
La lucha contra el narco, supone entre muchas medidas, el control real de las fuerzas policiales por parte de la sociedad.
La lucha contra el narco requiere una gran agencia civil especializada y no camiones con soldados en las calles.
Sólo un imbécil peligroso puede apostar a sacar nuevamente a los militares de los cuarteles. Para ganar votos jugándola de “duro”.
La propuesta de Massa viola varias leyes vigentes nacidas para cumplir con convenios internacionales, que tienen rango constitucional.
La Defensa Nacional es definida como la integración y la acción coordinada de todas las fuerzas de la nación para la solución de conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas para enfrentar agresiones de origen externo (art. 2° de la ley 23.554 de Defensa Nacional). El decreto 727/06, reglamentario de esta ley, define con mayor precisión que tipo de agresiones externas son las que pueden requerir el instrumento militar, al establecer: “Las Fuerzas Armadas, instrumento militar de la defensa nacional, serán empleadas ante agresiones de origen externo perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otros Estados”.
